Às vezes somos obrigados a tomar posições das quais não gostaríamos.
Às vezes magoamos os nossos amigos.
Conseguimos ser cruéis, e somos . Às vezes sem querer.
E depois o que mais desejamos é um novo encontro para que tudo recomece.
Se possível, a vida.
'Una carta ensanguentada' - versão suponho que original (não sei)
'Balada de um Soldado' - versão interpretada por Mafalda Veiga
Caminando por el bosque
en el suelo vi que había
una carta ensangrentada
que cuarenta años hacía.
Era de un paracaidista
de la octava compañía
que a su madre le escribía
y la carta así decía:
"Madre anoche en las trincheras
bajo el fuego de metralla
vi el enemigo correr
la noche estaba cerrada.
Apunté con mi fusil
al tiempo que disparaba
y una luz iluminó
el rostro que mataba.
Clavó su mirada en mí
con los ojos ya vacíos,
Madre sabe a quien maté?
no era un soldado enemigo.
Era mi amigo José
compañero de la escuela
con quien tanto yo jugué
a soldados y trincheras.
Ahora el juego era verdad
y a mi amigo ya lo entierran
madre yo quiero morir
ya estoy harto de esta guerra.
Y si te vuelvo a escribir
tal vez sea desde el cielo
donde encontraré a José
y jugaremos de nuevo.
Dos claveles en el agua
no se pueden marchitar,
dos amigos que se quieren,
no se pueden separar.
Si mi cuerpo fuera pluma
y mi corazón tintero
con la sangre de mis venas
yo te escribiría “te quiero”.
una carta ensangrentada
que cuarenta años hacía.
Era de un paracaidista
de la octava compañía
que a su madre le escribía
y la carta así decía:
"Madre anoche en las trincheras
bajo el fuego de metralla
vi el enemigo correr
la noche estaba cerrada.
Apunté con mi fusil
al tiempo que disparaba
y una luz iluminó
el rostro que mataba.
Clavó su mirada en mí
con los ojos ya vacíos,
Madre sabe a quien maté?
no era un soldado enemigo.
Era mi amigo José
compañero de la escuela
con quien tanto yo jugué
a soldados y trincheras.
Ahora el juego era verdad
y a mi amigo ya lo entierran
madre yo quiero morir
ya estoy harto de esta guerra.
Y si te vuelvo a escribir
tal vez sea desde el cielo
donde encontraré a José
y jugaremos de nuevo.
Dos claveles en el agua
no se pueden marchitar,
dos amigos que se quieren,
no se pueden separar.
Si mi cuerpo fuera pluma
y mi corazón tintero
con la sangre de mis venas
yo te escribiría “te quiero”.
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